martes, 17 de septiembre de 2013

Santa Marta - Aracataca - Minca - Cabo de la Vela - Punta Gallinas - Cartagena - Islas del Rosario - Medellín - Barichara

Día 150 – Viernes 23 de agosto
Pasé el día en Playa del Ritmo y conocí a Natasa de Grecia, una chica ecologista que estuvo trabajando 2 meses en Ecuador y ahora viaja por Colombia.


Día 151 – Sábado 24 de agosto
Natasa hizo unos camarones al ajillo y una paella muy rica.


Día 152 – Domingo 25 de agosto
Fui con Natasa a conocer Aracataca (el pueblo donde se crió Gabriel García Márquez). Estuvimos recorriendo sus calles y la casa de Gabo.
















Ahí te das cuenta de donde se inspiró para sus ficciones.
Almorzamos en el patio de una casa junto a unos colombianos y después fuimos a pasar la tarde al río.




Día 153 – Lunes 26 de agosto
A la noche conocí a Marlene de Austria, que canta increíblemente y estuvimos improvisando unas canciones.


Día 154 – Martes 27 de agosto
Partimos junto a Pablo, Natasa, Martín y Marilina (una pareja argentina de la Patagonia) a Minca.
Llegamos después de un camino de lluvia y nos instalamos en una finca.
A la noche cocinamos pizzas en un horno de barro (que estrenamos) y jugamos con los niños de la casa.


Día 155 – Miércoles 28 de agosto
Cumplí  5 meses de viaje y para festejarlo fuimos a nadar al río.










A la tarde volvimos a Playa del Ritmo.

Día 156 – Jueves 29 de agosto
Día en Playa del Ritmo…


Día 157 – Viernes 30 de agosto
Compramos víveres para ir al día siguiente a la Guajira.

Día 158 – Sábado 31 de agosto
A las 4 am estábamos Natasa, Pablo y yo arriba del bus rumbo a la Guajira, tierra de la comunidad Wayuu.



A eso del mediodía y luego de algunas paradas técnicas y un camino de desierto llegamos al Cabo de la Vela, un pueblito de una calle a lo largo de la costa, entre un mar celeste y un desierto amarillo.
El Cabo de la Vela vive del turismo. Hordas de turistas llegan y hordas de wayuus intentan sacar provecho de ello, ya sea vendiendo artesanías o simplemente pidiendo agua o comida (el agua es el recurso más valioso aquí, ya que no hay, y hay que traerla, de hecho se bañan con agua salada que abunda).





A la tarde fuimos al Pilón de Azúcar (una montaña en forma de pirámide) y estuvimos nadando en sus playas.








Luego vimos el atardecer desde el faro del cabo.






A la noche dormimos en las hamacas a 1,5 mts del mar.

Día 159 – Domingo 1 de septiembre
Indescriptible la sensación de abrir los ojos y que lo primero que veas sea un cielo amaneciendo y un mar color turquesa.



Pablo se volvió con el grupo porque tenía que volver a trabajar y Natasa y yo nos quedamos con la intención de seguir viaje hasta Punta Gallinas.


A la tarde estábamos en nuestras hamacas y viene un niño con una pelota de trapo y nos dice algo en wayuuki y lo repite hasta que yo le dije lo mismo y me dice “significa buenas tardes”.
A partir de ese momento ya habíamos dejado de ser turistas a los cuales hay que venderles o pedirles cosas, y por lo menos con los niños entablamos otro tipo de relación.
Al rato éramos como 10 niños y niñas, incluidos Natasa y yo, jugando a la pelota. Y otros tantos mirando que no se animaban a participar.
Luego del partido nos quedamos charlando con Alejandro (el dueño de la pelota) y su hermana, y nos contaron varias cosas sobre la comunidad Wayuu.


Día 160 – Lunes 2 de septiembre
A las 6 de la mañana partimos en lancha hacia Punta Gallinas.
En la lancha íbamos: el capitán y un tripulante, 2 franceses, una italiana, un colombiano, una pareja argentina, Natasa (griega) y yo (argentino).



Luego de 3 horas de navegar a mar abierto llegamos al pueblo donde pasaríamos la noche.


Después de acomodarnos volvimos a la lancha y fuimos a ver unos flamencos y a una playita donde a Natasa y a mí nos picaron unas medusas. Eran chiquitas y rosadas. A mí por suerte no llegaron a picarme tanto.



Almorzamos y fuimos parados en la caja de una camioneta hasta Punta Gallinas (el punto más boreal de Sudamérica).




A partir de este momento mi viaje entró en una tercera etapa donde solo queda el rumbo sur.
Después fuimos a una duna que cae directamente al mar, donde pasamos la tarde y vimos el atardecer.
A la noche me quedé con 2 colombianos y un español hablando sobre música argentina y tomando whisky.

Día 161 – Martes 3 de septiembre
A las 5 am partimos de vuelta al Cabo de la Vela, en lancha. Una vez allí nos subimos a una 4x4 que nos llevó hasta Uribia. Ahí tomamos un auto hasta Riohacha. Allí almorzamos, y tomamos un bus hasta Santa Marta. Y desde allí una buseta hasta Playa del Ritmo, donde llegamos después de 12 horas de viaje, en 5 transportes distintos.
Fuimos al mar, comimos, y a dormir.

Día 162 – Miércoles 4 de septiembre
Hoy es el cumpleaños de Pablo. Pasamos la tarde con Natasa haciendo una torta y un postre típico de Grecia (es igual al yogurt griego de La Serenísima).
A la noche junto a otros 2 argentinos hicimos un asado para unas 30 personas en la playa. Y después nos quedamos en el bar bailando y haciendo algunos juegos.

Día 163 – Jueves 5 de septiembre
Aproveché el día para descansar.


A la noche conocí a Cintia (la Colo), de Quilmes, que vino una semana a Colombia por laburo y otra para recorrer un poco.

Día 164 – Viernes 6 de septiembre
Al mediodía y luego de 4 semanas de estar en Playa del Ritmo, partí para Cartagena.
Elegí un mal día ya que era el partido de la selección de Colombia en Barranquilla (a mitad de camino) y el trayecto fue un quilombo.


Cuando llegué fui a la ciudad amurallada y me instalé en el hostel “Chill House”.

Día 165 – Sábado 7 de septiembre
Cartagena tuvo su esplendor en el siglo XVI cuando todos los barcos españoles que se llevaban el oro y las riquezas materiales de América hacían parada obligatoria acá.
Por eso la protegieron de los “piratas del Caribe” con murallas, fuertes, y un castillo.







Pasé el día recorriendo la ciudad y fui al museo de la inquisición (que tuvo su sede en Cartagena también).















La tarde la pasé recorriendo por más de 3 horas el castillo de San Felipe y aprendiendo mucho sobre la historia y sobre esta increíble obra de ingeniería militar que está pensada hasta el más mínimo detalle.













Día 166 – Domingo 8 de septiembre
A la mañana partí rumbo al puerto donde me embarqué hacia las Islas del Rosario (un archipiélago de islitas, algunas tan pequeñas que solo entra una casa).











Después de recorrer fui al Oceanario.















La tarde la pasé en Playa Blanca en la isla Barú.





Día 167 – Lunes 9 de septiembre
A la mañana fui al museo de Arte Moderno de Cartagena.

















A la tarde me encontré con la Colo y estuvimos caminando por Cartagena y fuimos a “Café del Mar” a ver el atardecer. Paradójicamente en “Café del Mar” (Colombia) no sirven café.










Día 168 – Martes 10 de septiembre
A la noche partí rumbo a Medellín.

Día 169 – Miércoles 11 de septiembre
Llegué a la mañana a Medellín y fui para el hostel Sunshine.
Dejé mis cosas y me fui a recorrer la ciudad.
Nadie sabe con certeza dónde nació Gardel, lo que sí se sabe es que murió en un accidente aéreo en Medellín (ciudad donde florece el tango por todos lados).
Fui a la casa Gardeliana donde había una muestra del surgimiento del tango domo “hijo de la milonga” y esta como “hija del candombe” (según Zitarrosa).



L a tarde la pasé jugando en el museo participativo de ciencias Explora. Estuve más de 4 horas explorando la física, la química, la biología y otras ciencias en este museo. Muy recomendable.




















Volví muy cansado al hostel y me fui a dormir.

Día 170 – Jueves 12 de septiembre
Me encontré con Andrea y Gaia que no los veía desde Bonito, Brasil.
Estuvimos en el Parque de los Pies Descalzos. Un parque donde entras en patas para sentir la energía de la Tierra.
De allí fuimos al Parque Arví. Para lo cual tomamos el Metrocable.


Como llegamos medio tarde no pudimos hacer mucho así que caminamos un rato y volvimos porque nos corría la lluvia.
Pasamos por la plaza Botero y nos despedimos.







Día 171 – Viernes 13 de septiembre
Fui al museo de Antioquia donde vi varias obras de Botero y otros Artistas.



























A la noche llegó Neil a quien tampoco veía desde Bonito.

Día 172 – Sábado 14 de septiembre
A la noche partí rumbo a Barichara. En un bus con WiFi.

Día 173 – Domingo 15 de septiembre
Llegué a Barichara. Pueblito de estilo colonial en la montaña, con casas blancas y techos de tejas.




Me instalé en el hostel “Color Hormiga” y di unas vueltas por el pueblo. A la noche conocí a Jorge, el dueño del hostel y quedamos en ir el día siguiente a su finca.